DUODÉCIMA JORNADA
Volando sobre los parapentes.
La mañana despertó espléndida aunque un poco fria, lo que no era de extrañar porque nos encontrábamos a 2380 metros sobre el nivel del mar. La noche que empezó con un vendaval de aire que casi nos tumbó las frágiles tiendas de campaña, se pasó, no obstante,